12/26/2010

Coloquio bajo la palma...(Andres Eloy Blanco)

Este es uno de esos poemas que no dejaran de gustarme...

¡Feliz Navidad...!!! un prospero y venturoso nuevo año para todos...

Sir Nick...
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Lo que hay que ser es mejor
y no decir que se es bueno
ni que se es malo,
lo que hay que hacer es amar
lo libre en el ser humano,
lo que hay que hacer es saber
alumbrarse ojos y manos
y corazón y cabeza
y después, ir alumbrando.

Lo que hay que hacer es dar mas
sin decir lo que se ha dado,
lo que hay que dar es un modo
de no tener demasiado
y un modo de que otros tengan
su modo de tener algo,
trabajo es lo que hay que dar
y su valor al trabajo
y al que trabaja en la fábrica
y al que trabaja en el campo,
y al que trabaja en la mina
y al que trabaja en el barco,
lo que hay que darles es todo,
luz y sangre, voz y manos,
y la paz y la alegría
que han de tener aquí abajo,
que para las de allá arriba,
no hay porque apurarse tanto,
si ha de ser disposición
de Dios para el hombre honrado
darle tierra al darlo a luz,
darle luz al enterrado.

Por eso quiero, hijo mio,
que te des a tus hermanos,
que para su bien pelees
y nunca te estés aislado;
bruto y amado del mundo
te prefiero a solo y sabio.

A Dios que me de tormentos,
a Dios que me de quebrantos,
pero que no me de un hijo
de corazón solitario.

Andres Eloy Blanco

10/14/2010

Una palabra


Una palabra irresponsable: puede encender discordias y fuegos difíciles de apagar…

Una palabra cruel: puede arruinar y derribar todo lo que se había edificado en una vida…

Una palabra de resentimiento: puede matar a un apersona, como si le claváramos un cuchillo en el corazón...

Una palabra brutal: puede herir y hasta destruir la autoestima y la dignidad de una persona…

Una palabra amable: puede suavizar las cosas y modificar la actitud de otros…

Una palabra alegre: puede cambiar totalmente la fragancia y los colores de nuestro día…

Una palabra oportuna: puede aliviar la carga y traer luz a nuestra vida…

Una palabra de amor: puede sanar el corazón herido. Porque las palabras tienen vida.

Son capaces de bendecir o maldecir, de edificar o derribar, de animar o abatir, de transmitir vida o muerte, de perdonar o condenar, de empujar al éxito o al fracaso, de aceptar o rechazar...

¿Cómo hablamos a los demás?

¿Qué les transmiten nuestras palabras?

¿Qué me digo a mí mismo?

¿Hacia dónde me conduce mi dialogo interno?

Jesús dijo: “Yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado”

ó como diria Albita:

"De repente noto como el viento se quiere llevar mis cortinas y llenar todo el cuarto con tu presencia… con tus palabras…

Una palabra no dice nada
y al mismo tiempo lo esconde todo
igual que el viento que esconde el agua
como las flores que esconde el lodo…
*Carlos Varela


Una palabra… ésa que evito en cada encuentro… ésa que temo que un día me digas… ésa que me recuerda el viento… porque sólo me queda un pincel de palabras…"

10/12/2010

Si se puede

Sí se puede cuando estás decidido, cuando comprometes tu voluntad para lograr lo que deseas alcanzar.

Sí se puede cuando ante cada obstáculo muestras temple y con mayor decisión los empiezas a enfrentar.

Sí se puede si ante cada fracaso buscas reconocer tus propios errores, lo que te permitirá acumular sabiduría y todos tus sueños realizar.

Sí se puede si ante los conflictos mantienes una actitud positiva y, a pesar de las adversidades, tu ánimo no comienza a menguar, así, no habrá cima que no puedas alcanzar.

Sí se puede cuando ante los negativos y escépticos mantienes una sonrisa y la alegría se convierte en tu fiel compañera... siempre amigos podrás cautivar.

Sí se puede, cuando ante la duda y la incertidumbre, tu fé te mantiene firme.

Sí se puede, si tienes el coraje de vivir intensamente y haces de cada día, una fascinante aventura... La muerte, entonces, será una angustia que nunca llegará.

Sí se puede, cuando aprendes a confiar en Dios, dejándole a él los imposibles y entregas tu vida entera a las estrellas por las que quieres luchar... podrás entonces el camino a la plenitud alcanzar...n lo que se tiene hay que alejarse un poco de vez en cuando, ¿verdad?

Pero todo en su justa medida, tampoco os paséis la vida en el gimnasio o con las amigas porque podemos tener un problema...

Autor Desconocido

5/16/2010

Eres el resultado de ti mismo...



No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.

Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar; corrigiéndote, el triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.

Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.

Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.

No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera, todo dependerá de ti; no te amargues con tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño, recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.

Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.

Si, tú has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido por ti.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.

Aprende de los fuertes de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.

Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin alimento morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que el más grande de los obstáculos.

Mírate en el espejo de ti mismo.

Comienza a ser sincero contigo mismo. Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.

Reconócete dentro de ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias,
porque tu mismo eres tu destino.

Y nadie puede sustituirte en la construcción de tu destino.

Levántate mira las mañanas y respira la luz del amanecer.

Tú eres parte de la fuerza de la vida

Ahora despierta, camina, lucha.

Decídete y triunfarás en la vida.

Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

*PABLO NERUDA
La foto: Tomada por mi, en un barrio de Caracas

5/03/2010

El vendedor de globos

Cuando leí esta historia, recordé una canción de un grupo aleman llamado Nena: "Ninety nine red balloons" o 99 globos rojos, una oda a la guerra fría en plenos años 80. Me gusto mucho la moraleja de la misma y por eso la comparto...

Una vez había una gran fiesta en un pueblo. Toda la gente había dejado sus trabajos y ocupaciones de cada día para reunirse en la plaza principal, en donde estaban los juegos y los puestitos de venta de cuanta cosa linda uno pudiera imaginarse.

Entre todas estas personas que ofrecían sus mercancías había un vendedor de globos. Los tenía de todos los colores y formas. Había algunos que se distinguían por su tamaño. Otros eran bonitos porque imitaban a algún animal conocido, o extraño. Grandes, chicos, vistosos o raros, todos los globos eran originales y ninguno se parecía al otro. Sin embargo, eran pocas las personas que se acercaban a mirarlos, y menos aún los que pedían para comprar algunos.

En un momento en que toda la gente estaba ocupada en curiosear y detenerse, hizo algo extraño. Tomó uno de sus mejores globos y lo soltó. Como estaba lleno de aire muy liviano, el globo comenzó a elevarse rápidamente y pronto estuvo por encima de todo lo que había en la plaza. El cielo estaba clarito, y el sol radiante de la mañana iluminaba aquel globo que trepaba y trepaba, rumbo hacia el cielo, empujado lentamente hacia el oeste por el viento quieto de aquella hora.

El primer niño gritó: ¡Mira mamá un globo!

Inmediatamente fueron varios más que lo vieron y lo señalaron a sus chicos o a sus más cercanos. Para entonces, el vendedor ya había soltado un nuevo globo de otro color y tamaño mucho más grande. Esto hizo que prácticamente todo el mundo dejara de mirar lo que estaba haciendo, y se pusiera a contemplar aquel sencillo y magnífico espectáculo de ver como un globo perseguía al otro en su subida al cielo.

Para completar la cosa, el vendedor soltó dos globos con los mejores colores que tenía, pero atados juntos. Con esto consiguió que una tropilla de niños pequeños lo rodeara, y pidiera a gritos que su papá o su mamá le compraran un globo como aquellos que estaban subiendo y subiendo. Al gastar gratuitamente algunos de sus mejores globos, consiguió que la gente le valorara todos los que aún le quedaban. En poco tiempo ya eran muchísimos los niños que se paseaban con ellos, y hasta había alguno que imitando al vendedor, había dejado que el suyo trepara en libertad por el aire.

Había allí cerca un niño negro, que con dos lagrimones en los ojos, miraba con tristeza todo aquello. Parecía como si una honda angustia se hubiera apoderado de él. El vendedor, que era un buen hombre, se dio cuenta de ello y llamándole le ofreció un globo. El pequeño movió la cabeza negativamente, y se rehusó cogerlo.

Te lo regalo, pequeño -le dijo el hombre con cariño, insistiéndole para que lo cogiera.

Pero el niño negro, de pelo corto y ensortijado, con dos grandes ojos tristes, hizo nuevamente un ademán negativo rehusando aceptar lo que se le estaba ofreciendo. Extrañado el buen hombre le preguntó al pequeño que era entonces lo que lo entristecía.

Y el negrito le contestó, en forma de pregunta: Señor, si usted suelta ese globo negro que tiene ahí ¿Será que sube tan alto como los otros globos de colores?

Entonces el vendedor entendió. Tomó un hermoso globo negro, que nadie había comprado, y desatándolo se lo entregó al pequeño, mientras le decía: Haz tu mismo la prueba. Suéltalo y verás como también tu globo sube igual que todos los demás.

Con ansiedad y esperanza, el negrito soltó lo que había recibido, y su alegría fue inmensa al ver que también el suyo trepaba velozmente lo mismo que habían hecho los demás globos. Se puso a bailar, a palmotear, a reírse de puro contento y felicidad.

Entonces el vendedor, mirándolo a los ojos y acariciando su cabecita enrulada, le dijo con cariño: "Mira pequeño, lo que hace subir a los globos no es la forma ni el color, sino lo que tiene adentro."

Anónimo

4/20/2010

Corazón Coraza...


Hace un tiempo conocí a alguien muy especial para mi, le entregue todo mi cariño y mi amistad... sin embargo a ella le costaba devolver el gesto. Ella misma se puso una gigantesca coraza para que nadie llegara a su corazón...

Al parecer ya llego alguien a derribar sus barreras, a mi me hubiese gustado ser yo el afortunado pero la vida siempre te tiene preparados otros muros a derribar...

Hay quienes están tan inmersos en su propia "coraza" de vanidad, egoísmo o autocompasión, que creen saber lo que las demás personas piensan de ellos; se refugian dentro de si mismos para evitar verse como realmente son y evaden enfrentar su realidad, que quizás no sea la que quieren. Si alguien trata de hacerles ver su error, casi siempre ignoran esto y siguen ciegos a la verdad...

Y no puedo dejar de recordar a Benedetti...

Corazón Coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Mario Benedetti

*Imagen tomada de
www.disneymovieslist.com/

4/07/2010

No puedo ganarle a Dios...



Una cosa yo he aprendido
de mi vida al caminar,
no puedo ganarle a Dios,
cuando se trata de dar.

Por más que yo quiera darle,
siempre me gana él a mí,
porque me regresa más
de lo que yo le pedí.

Se puede dar sin amor,
no se puede amar sin dar,
si yo doy no es porque tengo,
más bien tengo porque doy.

Y cuando Dios me pide,
es que me quiere dar;
y cuando Dios me da,
es que me quiere pedir.

Si tú quieres, haz el intento
y comienza a darle hoy,
y verás que en poco tiempo
tú también podrás decir:

Una cosa he aprendido
de mi vida al caminar,
no puedo ganarle a Dios
cuando se trata de dar.

*Desconozco su autor, por eso no lo publico. Si alguien lo sabe por favor que me diga para colocarlo.

4/01/2010

Coincidir


No creo en las casualidades, por alguna razón sé que hay algo que conecta unos sucesos con otros y aunque a veces quisiera estar en algunos lugares para encontrarme con alguien, sucede que no puedo llegar y no nos encontramos. Contrario a esto en otras circunstancias me encuentro con personas que ni remotamente hubiese pensado en ver...

¿Coincidencias...??? Umm, no sé...

Ahora cierro los ojos y recuerdo esta cancion del Trovador Mexicano Fernando Delgadillo:

Soy vecino de este mundo por un rato
Y hoy coincide que también tú estas aquí
Coincidencias tan extrañas de la vida
Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir

Si navego con la mente en los espacios
O si quiero a mis ancestros retornar
Agobiado me detengo y no imagino
Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir

Si en la noche me entretengo en las estrellas
Y capturo la que empieza a florecer
La sostengo entre las manos más me alarma
Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir

Si la vida se sostiene por instantes
Y un instante es el momentos de existir
Si tu vida es otro instante.. no comprendo
Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio… y coincidir

Ya no se si con este Universo tan grande, la teoria de los seis grados de separación se cumpla en otros planetas, pero definitivamente la casualidad y las coincidencias no caben en mi mundo...

Y es que solo espero el momento que llegues a mi...