8/21/2008

Elijo la felicidad...


No recuerdo bien de quien son estas palabras, pero me enseñaron que la felicidad es una elección. Mientras en mi cabeza suena "Aun Vivo" de Franco de vita...


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En primer lugar voy a contarles una pequeña anécdota:

.- Mi médico se ha empeñado en que venga a verlo-le dijo un paciente al psiquiatra.
Sabe Dios por qué. Estoy felizmente casado, tengo un trabajo seguro, un montón de amigos, no tengo ninguna preocupación...
.- Ya - replico el médico, mientras cogía su cuaderno de notas
.- ¿Y, cuanto tiempo lleva así?


Nadie cree en la felicidad. Parece que el hombre no puede ser feliz. Si hablas de tu depresión, de la tristeza, de la infelicidad, todo el mundo se lo cree; pero si hablas de tu felicidad, nadie te cree; parece algo antinatural.
Tras cuarenta años de investigaciones sobre la mente humana, Sigmund Freud, que trabajo con miles de personas y estudió miles de mentes perturbadas, llegó a la conclusión de que la felicidad es algo ficticio, que el ser humano no puede ser feliz.
Como mucho podemos hacer las cosas más agradables, pero nada más. Como mucho podemos disminuir un poco la infelicidad, pero lo que se dice ser feliz, a eso no puede llegar el hombre.
Parece muy pesimista...pero si nos fijamos en la humanidad, esa parece ser la situación; parece que es así. Solo los seres humanos son infelices. Algo va mal en lo profundo.
Lo digo por experiencia propia: los seres humanos pueden ser felices, más felices que las aves, más felices que los árboles, más felices que las estrellas, porque los seres humanos tenemos algo que no tiene ninguna ave, ningún árbol, ninguna estrella. Tenemos conciencia.
Pero al tener conciencia existen dos alternativas: Llegar a la felicidad o a la infelicidad. Tú eliges. Los árboles son felices porque no pueden ser infelices. Su felicidad no es una cuestión de libertad; tienen que ser felices. No saben ser infelices, no tienen otra posibilidad. Los pájaros que trinan en los árboles, no son felices por decisión propia; sencillamente son felices porque no conocen otra cosa. Su felicidad es inconsciente, natural.
Los humanos pueden ser tremendamente felices y tremendamente infelices, y son libres de elegir. Esa libertad es peligrosa, esa libertad es arriesgada, porque tú eres el único responsable. Algo ha ocurrido con esa libertad, algo ha ido mal. El ser humano parece andar cabeza abajo.
La gente va en busca de la meditación. Necesitas la meditación únicamente porque no has elegido ser feliz. La meditación es una medicina; si estás enfermo, necesitas una medicina. En cuanto te decides por la felicidad, en cuanto decides que vas hacer feliz, no te hace falta la meditación. Entonces la meditación empieza a surgir por si misma.
Si hay tantas religiones es porque hay muchas personas infelices. Una persona feliz, no necesita ninguna religión; una persona feliz no necesita templos, ni iglesias, porque para una persona feliz, el Universo entero es su templo, la existencia entera es una iglesia. La persona feliz no se dedica a la religión porque su vida entera es religiosa. Cuando el trabajo se hace con felicidad es una oración: Su trabajo se transforma en culto, tu respiración misma es una maravilla, es una gracia.
La felicidad se da cuando encajas en tu vida, cuando encajas tan armoniosamente que hagas lo que hagas te proporciona alegría. Entonces te das cuenta de que la meditación va detrás de ti. Si amas el trabajo que haces, si amas tu modo de vida, eres una persona de meditación. Entonces nada te distrae. Cuando las cosas te distraen, eso simplemente demuestra que en realidad no te interesan esas cosas.
El maestro no para de decir a los niños. ¡Préstenme atención! ¡Estén atentos!. Los niños prestan atención, pero su atención se centra en otra cosa. Hay un pájaro cantando a todo cantar junto al edificio del colegio, y el niño esta atento al pájaro. No se puede decir que no este atento, que no sea meditativo, que no esté profundamente concentrado... ¡Claro que si! Aún más: se ha olvidado por completo del maestro y del problema de aritmética que este escribe en la pizarra. El niño está totalmente ajeno a eso. Completamente poseído por el pájaro y su canto. Pero el maestro dice: ¡Préstenme atención!.. ¿Qué haces? ¡No te distraigas!..En realidad es el maestro quién está distrayendo al niño. El niño presta atención de una forma natural. Es feliz escuchando el canto del pájaro. El niño está prestando atención. Si el pájaro lo atrae más, que puede hacer? El maestro no lo atraía tanto, la aritmética no tenia tanto encanto…
No se nos pone en la tierra para ser matemáticos. Hay unos cuantos niños a los que no les interesará el pájaro; ya pueden aumentar el volumen de su canto que ellos seguirán prestando atención a la pizarra. La aritmética es para ellos. Tienen una meditación natural, cuando se trata de las matemáticas.
Nos han hecho distraernos con preocupaciones nada naturales: el dinero, el prestigio, el poder. Escuchar los pájaros no te proporcionará dinero, ni prestigio ni poder. Contemplar una mariposa, no te va a ayudar ni económica, ni política ni socialmente. Esas cosas no son lucrativas, pero esas cosas te hacen feliz.
Un verdadero ser humano obtiene el valor de las cosas que le hacen feliz. Dice: "He elegido mi camino, he elegido los pájaros, las mariposas y las flores. No puedo ser rico pero no importa. Soy rico porque soy feliz". Pero los seres humanos se han vuelto locos.

He leído una cosa:

El viejo Ted llevaba varias horas sentado a la orilla del río sin que picaran los peces. Entre las botellas de cerveza y el calor del sol se quedo dormido, así que no estaba en condiciones cuando un pez mordió el anzuelo, tiro del sedal y lo despertó. Ted perdió el equilibrio y se cayó al río. Un niño había observado atentamente lo que pasaba. Mientras el hombre se debatía intentando salir del agua. Le pregunto a su padre. Papá, ¿ese hombre está pescando un pez, o el pez está pescando al hombre?.

El pez te está atrapando y arrastrándote; tu no estás atrapando al pez. En cuanto vez dinero, dejas de ser tú mismo. En cuanto vez poder, prestigio, respetabilidad, dejas de ser tu mismo. Te olvidas inmediatamente de todo, te olvidas de los valores intrínsecos de tu vida, tu felicidad, tu alegría, tu gozo. Siempre eliges algo del exterior y lo intercambias por algo del interior. Gana lo exterior y pierde lo interior. Pero, ¿qué vas a hacer?. Incluso si tienes el mundo entero a tus pies pero te has perdido a ti mismo, incluso si has conquistado todas las riquezas del mundo y has perdido tu tesoro interior. ¿Qué vas hacer con todas tus riquezas? Esa es la infelicidad.

3 comentarios:

Waiting for Godot dijo...

Yo, creo en la felicidad, por encima de todas las cosas. Siempre digo lo mismo, si uno habla de felicidad nadie le cree, pero si uno habla de depresiones o infelicidad allí tienes a todo el mundo siguiendote la corriente. Triste. Besos para ti!

flacaloca dijo...

Tan bello Nick, gracias por dedicar parte de tu tiempo en montar esta información de reflexión que nos pone a todos a pensar.... muach...!!!

escorpionvenezolano dijo...

Super sencillamente increible este escrito, gracias por compartir tu reflexion...