5/26/2008

Bajo la lluvia...


Estuve leyendo el blog de Titita y leyendo acerca de sus hijas, como asumen la responsabilidad y aprenden sobre las cosas suyas y de otros...
Esto me hizo recordar este escrito que me enviaron una vez por email...

Había pasado todo el día con su mamá, en un gran almacén. Esa bella pelirroja, con cara pecosa, clara imagen de la inocencia, no debe de haber tenido más de 6 años.
Todos nos quedamos frente a la puerta, resguardados de la lluvia. Esperábamos, algunos con paciencia, y otros irritados porque la naturaleza les estaba estropeando su prisa rutinaria.
Siempre me ha gustado mucho la lluvia. Me pierdo ante la vista de los cielos,lavando la suciedad y el polvo de este mundo. Al mismo tiempo, los recuerdos de mi infancia, corriendo bajo la lluvia, son bienvenidos como una forma de aliviar todas mis preocupaciones.
La voz de esta chiquita era muy dulce, y rompió mi trance hipnótico con esta inocente frase:
- Mamá, corramos a través de la lluvia.
- ¿Qué?, - dijo su mamá...
- Sí, mamá... Corramos a través de la lluvia.
- No, mi amor.. Esperemos a que baje la lluvia, - contestó la mamá pacientemente...
La niña esperó otro minuto, y repitió:
- Mamá, corramos a través de la lluvia.
Y la mamá le dijo:- Pero si lo hacemos, nos empaparemos...
- No, mamá, no nos mojaremos. Eso no fue lo que le dijiste esta mañana a papá...
Tal fue la respuesta de la niña, mientras halaba el brazo de su madre.... - ¿Esta mañana? ¿Cuándo dije que podemos correr a través de la lluvia, y no mojarnos?
.-¿Ya no lo recuerdas? Cuando hablabas con papá acerca de su cáncer, le dijiste que si Dios nos hace pasar a a través de esto, puede hacernos pasar a través de cualquier cosa.
Todos nos quedamos en absoluto silencio. Juro que no se escuchaba nada más que la lluvia. Todos nos quedamos parados, silenciosamente. Nadie entró ni salió del almacén en los siguientes minutos.
La mamá se detuvo a pensar por un momento acerca de lo que debería responder. Este era un momento crucial en la vida de esta joven criatura, un momento en el que la inocencia y la confianza podían ser motivadas, de manera que algún día florecieran en una inquebrantable fe...
- Amor, tienes toda la razón. Corramos a través de la lluvia. Y si Dios permite que nos empapemos, puede ser que Él sepa que necesitamos una lavadita. -
Y salieron corriendo... Todos nos quedamos viéndolas, riéndonos mientras corrían por el estacionamiento, pisando todos los charcos.
Por supuesto que se empaparon, pero no fueron las únicas... Las siguieron unos cuantos que reían como niños mientras corrían hacia sus carros. Sí, es cierto, yo también corrí. corrí. Y sí, también me empapé... seguro Dios pensó que necesitaba una lavadita.
Espero que, de vez en cuando, te tomes tu tiempo para correr a través de la lluvia: TÓMATE TU TIEMPO PARA VIVIR!
"DEJA QUE LA ALEGRÍA EMPAPE TU VIDA"
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5/16/2008

El anillo...


Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuviera. El joyero le presentó uno. La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol resplandeciente.
El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo ¿Se va usted a casar pronto? - Le preguntó el joyero. No - respondió el muchacho - Ni siquiera tengo novia. La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador.
Es para mi mamá -dijo el muchacho - Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien le aconsejó que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas; pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas. Muchos...
Fue padre y madre para mí. Fue mi amiga, mi hermana y mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso.
Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella. Quizá después entregue otro anillo de compromiso. Pero será el segundo.
El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que hiciera al muchacho el descuento aquel que se hacía nada más que a los clientes importantes.


5/10/2008

Los Hijos Infinitos...

Andrés Eloy Blanco

Cuando se tiene un hijo,
se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera,
se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga
y al del coche que empuja la institutriz inglesa

y al niño gringo que carga la criolla

y al niño blanco que carga la negra

y al niño indio que carga la india

y al niño negro que carga la tierra.


Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños
que la calle se llena
y la plaza y el puente

y el mercado y la iglesia

y es nuestro cualquier niño cuando cruza la calle

y el coche lo atropella

y cuando se asoma al balcón

y cuando se arrima a la alberca;

y cuando un niño grita, no sabemos

si lo nuestro es el grito o es el niño,

y si le sangran y se queja,

por el momento no sabríamos

si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra.


Cuando se tiene un hijo, es nuestro el niño

que acompaña a la ciega

y las Meninas y la misma enana

y el Príncipe de Francia y su Princesa

y el que tiene San Antonio en los brazos

y el que tiene la Coromoto en las piernas.
Cuando se tiene un hijo, toda risa nos cala,

todo llanto nos crispa, venga de donde venga.

Cuando se tiene un hijo, se tiene el mundo adentro

y el corazón afuera.


Y cuando se tienen dos hijos

se tienen todos los hijos de la tierra,

los millones de hijos con que las tierras lloran,

con que las madres ríen, con que los mundos sueñan,

los que Paul Fort quería con las manos unidas

para que el mundo fuera la canción de una rueda,

los que el Hombre de Estado, que tiene un lindo niño,

quiere con Dios adentro y las tripas afuera,

los que escaparon de Herodes para caer en Hiroshima

entreabiertos los ojos, como los niños de la guerra,
porque basta
para que salga toda la luz de un niño
una rendija china o una mirada japonesa.


Cuando se tienen dos hijos

se tiene todo el miedo del planeta,

todo el miedo a los hombres luminosos

que quieren asesinar la luz y arriar las velas

y ensangrentar las pelotas de goma

y zambullir en llanto ferrocarriles de cuerda.

Cuando se tienen dos hijos

se tiene la alegría y el ¡ay! del mundo en dos cabezas,

toda la angustia y toda la esperanza,

la luz y el llanto, a ver cuál es el que nos llega,

si el modo de llorar del universo

el modo de alumbrar de las estrellas.

Vaya desde este rincón, mi mas afectuosa y calurosa felicitación a todas las madres que salen día a día a darlo todo, absolutamente todo por sus hijos...
...en especial a las que partieron y desde otro lugar siguen vigilantes, cuidando de sus retoños...
...a todas mis amigas blogueras que son madres, gracias por estar...

Suena "Después de ti, que..???" compuesta por Ruddy Perez e interpretada por Jose Feliciano y Cristian Castro, no puedo olvidar su Frase luego de que murio su madre: "Vieja, después de ti.. que!!!??"

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